Cuando Hera dio a luz a Vulcano en el Olimpo, lo arrojó a un volcán inactivo cubierto de nieve, rodeado de otras montañas. Vulcano empezó a trabajar en el interior del volcán, y éste se iba calentando; como consecuencia, la nieve se derritió e iba cayendo montaña abajo. Un día un hombre mortal, malvado y de aspecto repulsivo, de nombre Benglorius ideó taponarjunto con un ejército el volcán, pero al subir hasta la mitad de la montaña vieron que una potente corriente de agua iba hacia ellos. Zeus, al tanto del intento de acabar con Vulcano, lanzó un rayo hacia Benglorius; éste se quemó, y el agua que bajaba enfriaba la estatua y se convertía en vapor de agua que a su vez ascendía hasta las nubes. Zeus aprovechó para descargar tal acumulación de agua en las nubes sobre la tierra transformando una simple lluvia en un diluvio que paró los pies al ejército.
El alma de Benglorius fue a parar a los Campos Elíseos; entonces Zeus le vio y le envió al Inframundo, en donde Hades se ocupó de castigarlo. Desde ese momento, Zeus tuvo la idea de evaporar el agua y soltarla en forma de lluvia.
Álvaro Viñas Rus
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